domingo, 5 de abril de 2009

Cine Simbólico

Lucho. Partes de cuerpos pasan entre las memorias de mi corazòn agitado, fuese el mar. La tela más profunda, después de todo, mucho dolor. Parar el film, prescindir de las actrices. Yo no sé más cómo decir “¡corte!” sin herir principios y fines. Cuál es la toma, cuál es la dirección. No existen más escenas, los cortes fueron excesivos, las ediciones no podrían bastarse. Lucho. ¿Qué guión artificial, violento, impúdicamente biográfico y compulsivo escribí yo? La sala está vacía, las butacas vacías, pero yo las veo sentadas mirando hacia mí en el telón: mujeres eléctricas. Lucho. Estoy en la proyección pidiendo un patético perdón al vacío. Estoy siendo proyectado como si el proyector fuese un cañón, pero yo no me estrello, bribón, aparezco en IMAX para que nadie perciba. Escurro como sangre. Mancho el telón con mi desespero, con mi súplica vana. En surround mi hablar enmudece.Mudo. Lucho.¿Cómo traducir en imagen la necesidad de cerrar los ojos? Dormir en la sesión. Despertar allá en los sueños cinematográficos de presupuestos millonarios y salarios astronómicos, como si explosiones y efectos especiales aliviasen el mal enredo en el estómago. Lucho en la lata vaciada. Porque vos tenés una piel que es símbolo y nadie sabe. Pasan las visiones por su superficie alva, brillos reflejados en tus pelos. Tu cámara oscura totalmente depilada. Intento hablar con ella el lenguaje del cine que yo estoy sintiendo. Mi lengua en sus surcos se proyecta queriendo apagar la filmación. Quiero lamer de vos la angustia noir que dejé entre tus piernas. Pero vos parecés inmune a las piernas y volás como si estuvieses en ficción. De repente, todo apagado: telón, asientos , luz. Yo te pediría que sostengas mi mano como hacen los enamorados. Lucho.

Nenhum comentário:

Postar um comentário