sexta-feira, 10 de abril de 2009

El Origen

“La Revolución” no es un juicio moral. Es un regreso a la primera intención, un regreso al origen, como la propia palabra lo dice. ¿Para qué estamos haciendo tal cosa? ¿Cuál es la motivación que nos mueve? Tener una vida productiva no es producir para el sistema, es tener una vida tuya de acuerdo con lo que vos sos, me parece. El placer no está prohibido y las experiencias que culminan en fusilamiento representan un exterminio simbólico de tu ego y no de tu ser.

“La Revolución” propone a sus miembros la disciplina, la exactitud, la simplicidad y la restricción en sus actitudes, una vez acordadas con tu propia consciencia. Débiles son los que se colocan vulnerables a sí mismos, los que no consiguen mantener su palabra y son arrastrados como la hoja por el viento. Vivimos en una sociedad perniciosa que encuentra una excusa falluta o un subterfugio a cada falta de carácter y de ética, a cada pereza mental.

La flexibilidad es importante, pero no cuando es una forma de manipular una falta de voluntad de cambiar o intentar. La misericordia es una condición posible, pero sería imposible sin el rigor...así me parece.

“La Revolución” es un espíritu de rescate de la honra, de la hombría, del coraje y antes de todo es una propuesta para una actualización con el corazón más honesto, más resistente, más recto.

Sida

Edward C. Green, director del Proyecto de Pesquisas sobre Prevención del Sida en el Harvard Center for Population and Development Studies, basado en la revisión mundial de los resultados obtenidos en los últimos 25 años dijo que no es el profiláctico lo que impide la contaminación, y sí es la reducción del número de parejas sexuales. Uganda es uno de los mayores ejemplos de esto y por lo que se dice, uno de los únicos casos de éxito tan grande. Los casos de Sida fueron reducidos en un 70 por ciento en el país, que tiene fuertes bases religiosas.

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