quarta-feira, 1 de abril de 2009

El Descenso

Es en la cama donde se hace la revolución. Recusando al mundo, ofreciendo lecho al milagro. Sumergirse en la energía ajena hasta perder los sentidos, que guían a los amantes hasta la sustracción. Taquicardia hasta la piel. Las horas perdidas son las mejores, no se produce nada sino electricidad corporal. El beso es muy importante. Con los labios deslizándose en los labios de algún otro, llegar a la locura, que no es otra cosa que la completa falta de explicación para semejante magnetismo. “¿Cómo fue que nos mezclamos así?”, preguntan los que se quieren en continua y creciente perplejidad. Nada más se requiere a no ser que se coloque el corazón entre las piernas. Arte difícil que implica unión y vulnerabilidad, definición de lo que es la entrega. Lo demás es creatividad inspirada.

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